miércoles, 20 de abril de 2011

Torrijas y ¿una copita?

Una cosita rápida para no haceros perder el tiempo, que en estos internetes nuestros de cada día, deben ser raúdos y precipitados. Sin remisión. Esto que en la imagen veis son unas torrijas y un vino de naranja, concretamente el de la Cooperativa Vinícola del Condado, que es dónde mayormente me aprovisiono regularmente para mi consumo particular. Ahora os paso la receta de las torrijas aunque yo creo que alguna Semana Santa pasada os la he pasado, pero en fin, os la vuelvo a poner que tardo menos que en comprobar si ya están en el blog. Lo del vino de naranja, no. Y lo del vino de naranja viene a colación por el hecho de que cuándo en Huelva terminas una comida en un restaurante, el camarero, satisfecho por el pastón que te estás dejando, te invita a una copita. Tú, que ya estás liado después de haberte jartao de vino, dices que sí. Craso error. A continuación el camarero se encaja en la mesa con unos licores de dudosa procedencia, orujos dice que son, de un color así como verdoso que invita a salir corriendo, pero como quiera que estás que no te puedes mover, pues te quedas allí y ya que estás, pues te lo bebes para no quedar mal con el camarero que te acaba de meter un puñal con ierrepeefe del que no te recuperas ya hasta final de mes. Cuando no son licores de hierbas, es de orujo o es pacharán, que a ver qué coño tenemos que ver nosotros con el pacharán y menos con el pacharán barato. Incluso hay veces que el tío va y te dice que el pacharán es casero. Entonces échate a temblar o vete directamente al Ambulatorio, porque lo de casero quiere decir que se lo ha comprado a un precio muy arregladito a su representante de vinos y licores, por lo general un tipo con el pelo engominado y sonrisa convincente, traje de chaqueta barato del cortinglés y labia sobrada que no terminó la Secundaria por un problema mal diagnosticado de hiperactividad y déficit de atención. Pues bien, en el Condado de Huelva se elaboran unos vinos de naranja realmente prodigiosos. He probado tres distintos y los tres excelentes, el de Moguer que hacen en las bodegas del Diezmo Nuevo (donde muchas veces voy a comprar el excelente vermú Sanz, -solo para conocedores-), un vino de delicado carácter y con el sabor de la naranja por encima de la madera, que también está: el de bodegas Andrade, de un color caoba oscuro y con más cuerpo, en el que se nota la crianza en madera y la utilización de cáscara de naranja seca que se ha hidratado en contacto con el vino, un vino de naranja excelente para los muy golosos; y el de la Vinícola del Condado, vdm que no sé qué significa, pero que es un vino con un color ambarino muy atractivo, delicioso en la boca, inundándote de sabor a naranjas y con el recuerdo obvio de los cinco años que se ha pasado en botas de roble francés. Merveilleux.
Los tres vinos son de auténtica categoría. Os lo puedo asegurar. Pues nada, cuando terminas de comer en Huelva no te ofrecen estas generosas maravillas de la tierra, y eso que son baratas, demasiado baratas a mi entender, no. Te ofrecen licores que te joden el estómago directamente, que te la terminan de armar, no un digestivo como este vino de naranjas absolutamente delicioso, puro terciopelo que te inunda de sabor y, por supuesto, de satisfacción. Pero, no. Aquí lo que toca es el pacharán casero, por los cojones, y el orujito de hierbas, esa cosa de color fluorescente que las autoridades sanitarias no sé qué coño hacen que no lo prohiben ya. En fin, ahí va lo de las torrijas.
Torrijas.- Como me he liado, seré breve: Se pasa el pan de torrijas por una mezcla, mitad, mitad, de vino dulce del Condado y leche. La leche de la que te hayan dao. Se procurará que el pan quede esponjoso, cuidando que el líquido llegue a su interior. Se escurre el líquido sobrante y se pasa por huevo batido. Se fríen y reservan. Ya está. En un cazo mezclamos miel con un poco de agua y le damos un calentón para que se mezclen bien. Se retira del fuego el cazo y se espera a que se enfríe un poco para no quemarnos las manos. Ya está, se pasan las torrijas por la miel y se ponen en la bandeja en que las vayamos a servir. C'est fini. Queden ustedes con Dios.

sábado, 16 de abril de 2011

Burrito de cordero (el Azulejo)

Para que veais que la música ha evolucionado más bien poco en los últimos cuarenta años, os dejo ahí abajo un video de los Flying Burrito Brothers (Los chicos mayores) para que alucinéis por un tubo. Y una especie de tubo que se hace con una tortilla de maíz y se rellena con lo que sea, es un auténtico burrito. Este que hoy os he preparado a todos vosotros pero que me he comido yo, está relleno de cordero y acompañado de una salsita tártara.
El caso es que Juan López me invitó a conocer el local en el que ahora está currando, El Azulejo, en la calle Hernán Cortés (antigua calleja del Duende) y la verdad es que me lo pasé muy bien. Disfrutamos de un menú degustación a pie de barra, o de pie en la barra, que fue fenomenal. Buenos vinos y sorpresas como una parecida a ésta que hoy os propongo, u otras como unos hojaldres de sardinas que ya os interpretaré otro día. Ahora os dejo con estos burritos de cordero que es mi versión del kebab de cordero andalusí que en El Azulejo ofrecen y que es mucho mejor. Buen restaurante, para tapear excelente, y sobresaliente nivel también en repostería. Absolutamente recomendable.
Burrito de cordero.- Troceamos cordero y lo ponemos en una fuente de horno, cubriendo el fondo de la fuente con una mezcla de cebolla y ajo picados, canela, pimienta de cayena y jengibre seco molida y molido respectivamente, unas hebras de azafrán y un poco de comino, todo majado en el mortero con un poco de sal. Por último aceite de oliva y oloroso seco. Se pone la mitad de la mezcla en el fondo de la fuente como os decía, y a continuación el cordero, troceado y ya sin hueso alguno. Un poquito de sal por encima del cordero y el resto de la mezcla anterior. Al horno a 190º más o menos y a esperar.
Cuando el cordero está tierno, se añaden dos cucharadas de miel de romero o de la que sea, pero de romero mejor, porque romero soy yo. Se deja que la salsa tome alguna consistencia y se acabó.
Se tomarán entonces esas tortillas de maiz que venden para hacer tacos o burritos mexicanos, y se meten en el microondas a toda pastilla menos de un minuto, de modo que no salgan demasiado duras. Se ponen en un plato, se les pone dentro un poco de ensalada de lechuga y tomate, más unos trozos de cordero con algo de su salsa. Se enrolla y se sirve en el plato de manera mona, con algo de salsa tártara, que le va muy bien. Un plato divertido y globalizado, no me digáis. Ea, pues ya está, qué lo disfruteis con salud y a mandar.

The Flying Burrito Brothers - The Older Guys USTV (full version)